Necesidad es una sensación de apetencia originada biológica o psicológicamente. Conviene diferenciar entre necesidad, deseo y demanda. Para satisfacer el hambre necesitamos comer. Si necesitamos comer y vemos una pizza, desearemos comerla. Si pedimos en un restaurante una pizza Margarita estamos demandando este producto. Por tanto el deseo es más específico que la necesidad y la demanda es más específica que el deseo. La necesidad es general: deseamos comer “lo que sea”. El deseo es más específico: de todos los objetos que pueden satisfacer nuestra necesidad de comer hemos seleccionado uno, la pizza, como objeto de deseo. Podemos desear una pizza pero si vivimos en lo alto de un monte no podremos comprarla, así que ese deseo solo se convierte en demanda si tenemos acceso al producto.
Las necesidades tienen carácter económico si los recursos de que se dispone para satisfacerlas son escasos. Por ejemplo, respirar es una necesidad biológica pero como (de momento) el aire no es escaso, no es considerada una necesidad económica y el aire (de momento) es gratis… aunque en algunas ciudades ya es necesario comprar una mascarilla para filtrarlo.
Los problemas económicos no surgen sólo por las necesidades materiales; las necesidades inmateriales (la apetencia de seguridad y paz, cultura y arte, de bienestar espiritual, etc.) también tienen carácter económico en cuanto los medios para satisfacerlas sean escasos. Así, por ejemplo, la paz espiritual que proporciona la asistencia a una ceremonia religiosa requiere una serie de medios (edificios especiales, sacerdotes o líderes espirituales, ropajes ceremoniales, objetos litúrgicos) todos ellos escasos y susceptibles de usos alternativos.
Podemos distinguir entre las necesidades básicas, que son las que comparte el hombre con el resto de los seres vivos y las necesidades sociales, que son las originadas por el momento histórico y el contexto social en que se vive. Vestirse para protegerse del frío o del sol es una necesidad básica; el que el vestido tenga forma de traje de chaqueta, chilaba o sari, es una necesidad social. A veces se clasifican también las necesidades en primarias y secundarias, considerando como necesidades primarias todas las que una sociedad considera imprescindibles para un ciudadano normal o medio.
Este análisis de las necesidades humanas podría servir de base para una definición absoluta de pobreza. Podríamos decir que «una persona es pobre si no tiene cubiertas todas sus necesidades primarias (o todas sus necesidades básicas)». El problema que plantea este tipo de definición es que la línea que separa los tipos de necesidades está muy borrosa ya que se basa en la opinión de la sociedad, lo que es muy difícil de medir.
Actualmente la definición del Banco Mundial de pobreza absoluta engloba a los pobres que ganan menos de 1,90 $ en ppp, (purchasing power parity, paridad de poder adquisitivo) y extremadamente pobres o indigentes a los que ganan menos de 1,25 $ppp. Esta es una forma de medición absoluta de pobreza que es la usada con mayor generalidad para comparaciones internacionales porque, a pesar de estar muy criticada por su arbitrariedad y métodos de cálculo, no hay ninguna otra de consenso.
Alternativamente podemos utilizar la definición relativa de pobreza que considera pobre a todo aquel que gana menos de la mitad de la renta per cápita de su país (o región, o ciudad, o territorio en el que se haga el estudio estadístico). Esta definición es la más utilizada en estudios estadísticos sobre todo a nivel de Estados. Por simetría podemos concluir que «rico es todo aquel que gana más del doble de la renta per cápita de su país». Esta definición tiene la ventaja de que se puede medir con absoluta precisión en términos monetarios, pero tiene también muchos inconvenientes ya que muchos pobres de los países más ricos podrían ser considerados ricos en los países más pobres.
Según datos ofrecidos por organismos internacionales, hay mil doscientos millones de personas, una quinta parte de la población mundial, que todavía no tiene acceso a agua potable, alimentación adecuada y atención básica de la salud. 2,4 mil millones de personas viven sin acceso a letrinas con condiciones higiénicas adecuadas para la salud incluyendo 850 millones de residentes en ciudades; mil millones de personas defecan al aire libre. La pobreza no está excluida de ningún lugar del mundo. Incluso en los países más avanzados viven personas a las que resulta difícil satisfacer sus necesidades más elementales.