La economía y el poder

Uno de los factores clave que suele dejarse al margen en los modelos económicos es el poder. Son las relaciones de poder, el desequilibrio de fuerzas, las que determinan los salarios, los precios de los bienes y servicios, lo que se produce y cómo se distribuye, las políticas económicas, el uso del dinero. En cualquier problema económico que analicemos podemos encontrar, de forma más o menos visible, unas relaciones de poder. De hecho, cualquier discurso económico es en sí mismo un instrumento de poder.

Es por eso que aquí proponemos otra definición de Economía Política: es la ciencia que estudia el PODER ECONÓMICO, cuáles son sus instrumentos, cómo actúan y cómo, porqué y para qué se utilizan. Creemos que esta definición nos facilitará entender mejor los relatos y modelos de las diferentes propuestas teóricas. Es más, creemos que solo mediante la comprensión del efecto del poder sobre las relaciones económicas es posible comprender la realidad y poner en evidencia los errores e insuficiencias de algunos modelos.

En realidad, en las otras definiciones de Economía también está implícito el papel del poder. Si la Economía estudia la relación entre fines y medios escasos ¿Quién tiene el poder para decidir cuáles son los fines y qué uso se dará a los medios? Si la Economía trata de la producción y la distribución ¿Quién tiene el poder de decidir cómo y qué se va a producir y cómo se va a distribuir lo producido?

Proponemos esta definición de poder: El poder es la capacidad de satisfacer los deseos y las necesidades propias y de influir sobre el pensamiento y la actividad de otros individuos para que colaboren, o no se opongan, a la satisfacción de los deseos y necesidades propias.

En los grupos sociales (de todos los animales, incluyendo los humanos) aparecen espontáneamente relaciones de liderazgo y poder. Por ejemplo, un individuo (un león, un jefe tribal) puede impedir que otros accedan a un determinado territorio o puedan procrear libremente; o puede liderar un grupo para que se desplace de territorio y/o se dedique a otra actividad. La existencia de ese liderazgo favorece la organización, la eficacia en la producción de bienes y servicios y la capacidad de supervivencia del grupo: fortalece al grupo social y, por tanto, a sus líderes. En todos los grupos humanos y a lo largo de toda nuestra historia siempre ha habido dirigentes y dirigidos, gobernantes ricos y pueblo pobre. Pero el poder de los gobernantes ha estado siempre más o menos limitado. Democracia no significa que el pueblo gobierne, lo que en sí mismo sería una contradicción, sino que el pueblo dispone de algún poder para poner límites al poder y a la voracidad avariciosa de las élites gobernantes.

El poder se ejerce a través de diversos instrumentos que podemos clasificar en tres tipos:

Instrumentos duros de poder, los medios de violencia física tales como musculatura, armas, ejércitos, policías, cárceles, guillotinas, aparato judicial penal.

Instrumentos blandos de poder, generando seducción y liderazgo y controlando los sistemas de creación y circulación de las informaciones tales como iglesias, universidades o imprentas.

Instrumentos económicos de poder tales como el dinero, las empresas, la legislación fiscal y mercantil o los bancos centrales, que controlan los recursos productivos y los mecanismos de distribución de los bienes y servicios producidos.

Esos tres tipos de instrumentos del poder están interrelacionados, se utilizan siempre de forma conjunta y coordinada y cualquiera de ellos se puede utilizar para adquirir los otros.

La ciencia económica en sí misma es poder blando; es información y los que controlan la creación y difusión de ciencia económica están haciendo uso de poder blando. La ciencia económica genera conocimientos e instrumentos que permiten ejercer poder económico porque al conocer los instrumentos, aprender su uso y comprender sus efectos, se enseña y recomienda, aunque sea de forma implícita, cómo utilizarlos para incrementar el poder económico. Por ejemplo: El consumidor que elige en el mercado qué ropa o qué alimentos va a adquirir está haciendo uso de su poder económico. La ciencia económica analiza porqué y cómo los consumidores adoptan sus decisiones de compra. El conocimiento de esos análisis puede reforzar la racionalidad de las decisiones del consumidor aumentando así su poder económico, pero también refuerza el poder de los oferentes que con ese mismo conocimiento podrán interferir y manipular las decisiones de los consumidores.

Todos los seres humanos maduros disponen en mayor o menor grado de esos tres tipos de instrumentos y al asociarse (en familias, tribus, naciones, sindicatos, partidos políticos, empresas, etc.) refuerzan su poder.

Todos los seres humanos, a lo largo de toda nuestra vida, tratamos constantemente, aunque sea de forma inconsciente, de aumentar nuestro poder. Por ejemplo, una joven que conversa con sus amigas en una cafetería estará tratando inconscientemente de obtener poder de liderazgo e influir sobre las opiniones de las otras respecto a qué equipo de fútbol es el mejor, qué película van a ver o a qué partido político van a votar.

La organización social moderna, con el esfuerzo de monopolización del poder duro por parte de los individuos que encabezan el aparato del Estado, conduce a que la mayoría de los miembros de la sociedad se concentren en adquirir solo poder blando y poder económico. En las sociedades en los que el Estado es débil, muchos individuos empiezan a armarse, a acumular instrumentos duros de poder, y si el Estado no puede impedirlo se dice que es un Estado fallido. En ocasiones los más débiles han conseguido unir sus fuerzas en sindicatos y partidos para poner límites a los gobernantes e incluso conquistar el Estado. Pero, como decía Gramsci, “el Estado es apenas una trinchera avanzada tras la que se asienta la robusta cadena de fortalezas y fortines de la sociedad civil”.

Gramsci, Cuadernos de la cárcel, Tomo 1.